Posteado por: ifierro | 25 julio, 2011

Guayaquil no necesita de tutores para sus decisiones políticas

Jaime Nebot: «Guayaquil no necesita de tutores para sus decisiones políticas»

La experiencia de ocho años como diputado por Guayas en el desaparecido Congreso Nacional conceden a Jaime Nebot, actual alcalde de Guayaquil, la seguridad para expresar que lo que sucede en la Asamblea Nacional es consecuencia de una mala aplicación de la democracia, pues el régimen ha confundido esa doctrina con los resultados de una elección popular. Nebot, considerado como la cabeza de la oposición local, habla sobre los resultados de la consulta popular, de la que públicamente dijo que no iba a solucionar la inseguridad.

¿Cómo está Madera de Guerrero, institucionalizado como agrupación, lleva ese rumbo?

Madera de Guerrero nace porque, parece mentira, en la época que se aborrecía con gran fuerza a los partidos y movimientos políticos, cuando fui a inscribir mi candidatura para alcalde en el año 2009 me salieron con que yo tenía que pertenecer a un partido o movimiento. Si no formábamos Madera de Guerrero, no hubiéramos podido inscribir mi candidatura. Cuando me preguntan si eso es eterno respondo que lo es porque la expresión ‘Guayaquileño, madera de guerrero’ es sustancial a Guayaquil. Obviamente no es su destino constituirse en un movimiento formal nacional porque no cabe con ese nombre.

En la Asamblea, cumple un rol en la nueva mayoría. ¿Qué destino le ve a ese grupo?

No es una novedad que lo diga pero lo repito para ubicar las cosas. Tengo un profundo desprecio y hasta asco respecto de lo que en el Ecuador la gente llama e interpreta como Política.

Hay un tema que nos preocupa a todos, el proyecto de Ley de Comunicación, pues hay que impedir que se consagre una mordaza en el país…

Obviamente, es que la libertad es el bien alrededor del cual gira todo lo demás; sin libre albedrío no hay ser humano.

¿Madera de Guerrero estará en esa lucha?

Siempre ha estado y siempre estará. Como dijo un buen amigo, Julio María Sanguinetti: «la mejor Ley de Comunicación es la que no existe». Yo no creo en las personas irresponsables, por eso yo nunca he creído en la inmunidad de ningún tipo, peor en la impunidad. Todo hombre en el sector público o privado tiene que ser responsable en sus actos, si alguien mañana incurre en un acto que merece sanción, eso es otra cosa. Pero no puede crearse un instrumento de manipulación de la libertad desde el poder.

¿Es lo que sería el Consejo de Regulación?

Para mí, todo intento por coartar la libertad acaba en eso.

¿Y la muerte cruzada?

Eso es un derecho del Presidente de la República y de los legisladores. Para mí, es parte de la politiquería, por eso no opino. Aquí hay una verdad. Si hay votos o no hay votos eso es secundario, es importante pero secundario.

¿Cree usted que se está cumpliendo lo que advirtió días antes de la consulta?

Acudir al pueblo de manera directa debería ser una decisión que entrañe un gran respeto y consideración su opinión. En esta última consulta, en materia de seguridad se perdió una enorme oportunidad, y era permitir que el pueblo cambie de manera directa la Constitución. La seguridad es el primer derecho del ciudadano y el primer deber del Estado, y ahora resulta que vamos a volver a la Asamblea. Cuando me decían «usted debe liderar el No», mi gran pregunta que me hice primero a mí mismo y después a los demás fue ¿esto se ha hecho político, el No es contra Correa y el Sí es a favor de Correa?, no creo en eso, eso es subestimarse como persona individual y colectivamente, las preguntas no pasaban por un apoyo a Correa ni un rechazo a Correa, pasaban por un tema de seguridad, en ese caso, entonces analicemos la respuesta Sí, que era para consolidar, dejar incólume y permanentemente el principio de la caducidad de la prisión preventiva que era lo que la gente quería cambiar y mucha gente votó Sí pensando que con esa opción se iba a cambiar aquello y que iban a dejar de salir los delincuentes para seguir robando, matando, secuestrando, pero ahora resulta que lo que se quería cambiar, ahora se consolidó.

La segunda pregunta, la sustitución de la prisión preventiva. Se ha hecho creer que con el Sí la sustitución se va a dar en el sentido de que ya no va a proceder o no va proceder al menos en los delitos graves a los que me he referido. La pregunta no dice eso, dice que se hará lo que diga la Asamblea, que es la que hace la ley. Ya se sabe qué es lo que ha dicho el Legislativo respecto, por ejemplo, al tema de las violaciones. Entonces el Sí es algo perjudicial para la sociedad, por eso yo dije: «yo estoy con el No». Aquí no se entiende que no habrá seguridad ciudadana, no se vencerá a la delincuencia, en términos que se la pueda vencer, mientras no ocurran dos cosas: que se aplique una política de Estado en materia de seguridad ciudadana, la ‘suma de acciones, no una que otra, todas hechas entre todos sin excluir a nadie, con dinero suficiente, con dedicación diaria y permanente, con control, coordinación, veeduría independiente y rendición de cuentas’ mientras no haya eso, no hay seguridad.

¿Y desde la ciudad?

Enseguida. Tampoco habrá seguridad mientras el esquema prodelincuencial no se derogue, porque esas leyes no convienen a la comunidad ni a las víctimas, convienen a los delincuentes y a los victimarios. La caducidad de la prisión preventiva, el 2×1, la ridícula sustitución de la prisión preventiva de un asesino por una visita a un juez… Desde la ciudad, bueno en su momento, con el Gobierno central, la empresa privada, entre todos, se hizo muchas cosas y creo que los resultados hasta fines del 2007 fueron favorables. En el 2008, el Gobierno decidió ejercer en solitario su competencia; yo siempre aclaro eso, no le quitó a la ciudad una competencia, claro que tampoco hubiéramos dejado que nos la quiten, rechazó la ayuda, asumió la responsabilidad, se marginó al municipio y la empresa privada.

¿Habría forma de volver a participar?

Eso merece dos comentarios. El primero: hay una Corporación de Seguridad Ciudadana en pleno funcionamiento. Se quiso obligar al Municipio a entregarla a la Policía pero mi respuesta fue ‘esto fue hecho con plata de la ciudad’ y segundo: la seguridad es un concepto amplio, no solamente antidelincuencial, tiene que ver con epidemias, tragedias de inundación, terremotos, problemas de agua potable, accidentes de tránsito. Se me ha invitado a participar nuevamente en la lucha antidelincuencial y mantengo mi respuesta al señor Gobernador, que no es un capricho. Jamás he sido un hombre vanidoso ni caprichoso y más aún cuando está de por medio el interés ciudadano y cuando hablamos de la vida de la gente no cabe otra posición que ayudar, pero ayudar con una racional posibilidad de éxito, entonces cuando yo dije anulación de las cédulas falsas, control con visas de las entradas de los delincuentes, derogatoria del esquema delincuencial que está en la Asamblea hecha ley y práctica de una política estatal en esa materia.

Una pregunta sencilla, pero complicada de responder: ¿Cuántos habitantes tiene Guayaquil?

Según la última proyección del censo, que no es oficial todavía, 2’300.000 habitantes, pero yo he indicado que, sin aceptar esa cifra ni comentarla hasta que sea definitiva, porque en esto no vamos a soltar prenda, tenemos que ser claros, ahí falta la población flotante de Guayaquil; personas que vienen de ciudades dormitorio -para ellos- como Durán, Daule, Babahoyo, Milagro, quienes duermen en sus ciudades pero que trabajan en Guayaquil, demandan ciertos servicios en la ciudad y consumen y generan en Guayaquil y esa población es absolutamente justo que se vea reflejada como parte, con esa característica, de la población de la urbe. Me he reunido con los directivos del INEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) y en septiembre tendremos la información.

¿El Cabildo tiene alguna cifra de esa población?

Tenemos estimados, pero como le digo, los guardo de manera reservada hasta que me den los datos que ellos consideren definitivos, respecto de los cuales y solo entonces podremos hacer nuestros comentarios, pero que deben incluir la población flotante.

¿Y si no coinciden sus datos con los del INEC?

Habrá que estudiar razones para ver si , en un sentido u otro, caben. No quiero adelantarme hasta que eso se dé.

En otro tema, el de las competencias, todos los cabildos asumieron los Registros de la Propiedad, en Guayaquil avanza el tema…

Ya culminó. Cumpliendo la ley, el reglamento, la ordenanza con la participación de los veedores y de las reglas de concurso, inclusive de dar transparencia con campo abierto a las impugnaciones. Ya hay un Registrador. ¿Qué era lo que sucedía? Había un grupillo de personas que quería que los recursos, que son importantes para la institución, sigan yendo a un bolsillo particular en vez de, como manda la ley ahora, a partir del 29 de junio ingresar a las arcas municipales para convertirse en obras y servicios para la gente, esa era toda la discusión.

El Código Territorial (Cootad) también concede a los cabildos el tránsito…

Hemos asumido muchas competencias a lo largo de estos 11 años: aeropuerto, registro civil, agua potable y alcantarillado, turismo, bomberos. Ahora registro de la propiedad, pero yo siempre digo que el pueblo no quiere ver en el municipio o en el alcalde a un coleccionista de competencias. Al pueblo le interesa que una competencia cambie de titular cuando a través de ese cambio se le va a dar un servicio mejor, más oportuno, más barato y yo sigo esa línea. En tránsito, recién estamos asumiendo la parte de decisión, la parte de planificación, pero la parte de control la asumiremos cuando estemos listos, eso qué quiere decir, me refiero a revisión, matriculación y multas. En el mundo hay sistemas con tecnología de punta. Lo hicimos en el Registro Civil, en el aeropuerto. Hay sistemas de tecnología para dar esos servicios a bajo costo, en forma rápida, sin corrupción y sin grandes gastos generales pero eso demanda un estudio para adaptar esa realidad, en este caso a Guayaquil, y los municipios consorciados que son algunos. Eso demanda, luego del estudio una contratación, una implementación; lo haremos cuando estemos listos.

En Miami no se ve vigilantes en cada esquina, las infracciones, todo está automatizado, detectar la infracción, fotografiarla, la transmisión de datos, el cobro de la multa con aplicación a la renovación de la licencia o a la matrícula, eso es lo que vamos a hacer, pero eso toma un tiempo.

¿El consorcio se mantiene con sus 21 integrantes?

El consorcio se mantiene, que yo sepa no se ha ido nadie pero todo el mundo es libre de entrar o de irse en la vida. Como yo digo siempre a esta ciudad la vamos a seguir haciendo progresar y la vamos a seguir defendiendo sin que nos sobre nadie que venga ni que nos falte nadie que huya, eso es otro problema.

¿Qué nos dice sobre el futuro?

Mi periodo se vence en el 2014, y he manifestado mi posición. No temo sobre el futuro de la ciudad, primero porque Guayaquil es cuna de libertad, de progreso, de afición al cambio, no hay miedo al cambio racional, para bien. Pienso que Guayaquil no necesita ni tutores ni curadores de sus decisiones políticas.

Pero sí liderazgo de conducción…

Bueno, los liderazgos siempre se necesitan, pero el de convocatoria es la suma de liderazgos, de muchas personas, de muchos ángulos, de muchos sentidos y para muchas cosas, y ese liderazgo hace tan necesario a un pueblo decidido como a un líder decidido, si no hay esa simbiosis, no funciona. Líder sin pueblo que lo acompañe es igual que pueblo sin líder que lo dirija. Creo que en Guayaquil, el pueblo ha madurado para aprender a diferenciar los cantos de sirena de las realidades, el vivir bien de verdad o las promesas de vida mejor y eso lo ha logrado porque ha sentido y ha vivido un cambio para bien, un cambio positivo, entonces la gente nunca está satisfecha y eso es la utopía de vivir bien. Quizás esa es la mejor herencia, y no dejar sucesores porque aquí no hay monarquías ni es un asunto familiar que uno tiene sucesores. La mejor herencia es preparar a la sociedad para que sepa elegir, autodefenderse y ser parte de la solución de progreso y no del problema del fracaso.

Eso exige estructuras políticas…

Bueno, nosotros las tenemos porque nos hemos preocupado de formarlas. Muchos creen que son visiones de la política que son más bien caricaturas de la política, unos la condenan lastimosamente, otros creen que es asunto de soplar y hacer botella. La realidad es la realidad y es la que acaba imponiéndose.

(Entrevista tomada de diario Expreso de Guayaquil)

Jaime Nebot: «Guayaquil no necesita de tutores para sus decisiones políticas» Imprimir E-mail
Política
Escrito por Lic. Cristhian Reyes H.
Domingo, 24 de Julio de 2011 17:27
La experiencia de ocho años como diputado por Guayas en el desaparecido Congreso Nacional conceden a Jaime Nebot, actual alcalde de Guayaquil, la seguridad para expresar que lo que sucede en la Asamblea Nacional es consecuencia de una mala aplicación de la democracia, pues el régimen ha confundido esa doctrina con los resultados de una elección popular. Nebot, considerado como la cabeza de la oposición local, habla sobre los resultados de la consulta popular, de la que públicamente dijo que no iba a solucionar la inseguridad.

¿Cómo está Madera de Guerrero, institucionalizado como agrupación, lleva ese rumbo?

Madera de Guerrero nace porque, parece mentira, en la época que se aborrecía con gran fuerza a los partidos y movimientos políticos, cuando fui a inscribir mi candidatura para alcalde en el año 2009 me salieron con que yo tenía que pertenecer a un partido o movimiento. Si no formábamos Madera de Guerrero, no hubiéramos podido inscribir mi candidatura. Cuando me preguntan si eso es eterno respondo que lo es porque la expresión ‘Guayaquileño, madera de guerrero’ es sustancial a Guayaquil. Obviamente no es su destino constituirse en un movimiento formal nacional porque no cabe con ese nombre.

En la Asamblea, cumple un rol en la nueva mayoría. ¿Qué destino le ve a ese grupo?

No es una novedad que lo diga pero lo repito para ubicar las cosas. Tengo un profundo desprecio y hasta asco respecto de lo que en el Ecuador la gente llama e interpreta como Política.

Hay un tema que nos preocupa a todos, el proyecto de Ley de Comunicación, pues hay que impedir que se consagre una mordaza en el país…

Obviamente, es que la libertad es el bien alrededor del cual gira todo lo demás; sin libre albedrío no hay ser humano.

¿Madera de Guerrero estará en esa lucha?

Siempre ha estado y siempre estará. Como dijo un buen amigo, Julio María Sanguinetti: «la mejor Ley de Comunicación es la que no existe». Yo no creo en las personas irresponsables, por eso yo nunca he creído en la inmunidad de ningún tipo, peor en la impunidad. Todo hombre en el sector público o privado tiene que ser responsable en sus actos, si alguien mañana incurre en un acto que merece sanción, eso es otra cosa. Pero no puede crearse un instrumento de manipulación de la libertad desde el poder.

¿Es lo que sería el Consejo de Regulación?

Para mí, todo intento por coartar la libertad acaba en eso.

¿Y la muerte cruzada?

Eso es un derecho del Presidente de la República y de los legisladores. Para mí, es parte de la politiquería, por eso no opino. Aquí hay una verdad. Si hay votos o no hay votos eso es secundario, es importante pero secundario.

¿Cree usted que se está cumpliendo lo que advirtió días antes de la consulta?

Acudir al pueblo de manera directa debería ser una decisión que entrañe un gran respeto y consideración su opinión. En esta última consulta, en materia de seguridad se perdió una enorme oportunidad, y era permitir que el pueblo cambie de manera directa la Constitución. La seguridad es el primer derecho del ciudadano y el primer deber del Estado, y ahora resulta que vamos a volver a la Asamblea. Cuando me decían «usted debe liderar el No», mi gran pregunta que me hice primero a mí mismo y después a los demás fue ¿esto se ha hecho político, el No es contra Correa y el Sí es a favor de Correa?, no creo en eso, eso es subestimarse como persona individual y colectivamente, las preguntas no pasaban por un apoyo a Correa ni un rechazo a Correa, pasaban por un tema de seguridad, en ese caso, entonces analicemos la respuesta Sí, que era para consolidar, dejar incólume y permanentemente el principio de la caducidad de la prisión preventiva que era lo que la gente quería cambiar y mucha gente votó Sí pensando que con esa opción se iba a cambiar aquello y que iban a dejar de salir los delincuentes para seguir robando, matando, secuestrando, pero ahora resulta que lo que se quería cambiar, ahora se consolidó.

La segunda pregunta, la sustitución de la prisión preventiva. Se ha hecho creer que con el Sí la sustitución se va a dar en el sentido de que ya no va a proceder o no va proceder al menos en los delitos graves a los que me he referido. La pregunta no dice eso, dice que se hará lo que diga la Asamblea, que es la que hace la ley. Ya se sabe qué es lo que ha dicho el Legislativo respecto, por ejemplo, al tema de las violaciones. Entonces el Sí es algo perjudicial para la sociedad, por eso yo dije: «yo estoy con el No». Aquí no se entiende que no habrá seguridad ciudadana, no se vencerá a la delincuencia, en términos que se la pueda vencer, mientras no ocurran dos cosas: que se aplique una política de Estado en materia de seguridad ciudadana, la ‘suma de acciones, no una que otra, todas hechas entre todos sin excluir a nadie, con dinero suficiente, con dedicación diaria y permanente, con control, coordinación, veeduría independiente y rendición de cuentas’ mientras no haya eso, no hay seguridad.

¿Y desde la ciudad?

Enseguida. Tampoco habrá seguridad mientras el esquema prodelincuencial no se derogue, porque esas leyes no convienen a la comunidad ni a las víctimas, convienen a los delincuentes y a los victimarios. La caducidad de la prisión preventiva, el 2×1, la ridícula sustitución de la prisión preventiva de un asesino por una visita a un juez… Desde la ciudad, bueno en su momento, con el Gobierno central, la empresa privada, entre todos, se hizo muchas cosas y creo que los resultados hasta fines del 2007 fueron favorables. En el 2008, el Gobierno decidió ejercer en solitario su competencia; yo siempre aclaro eso, no le quitó a la ciudad una competencia, claro que tampoco hubiéramos dejado que nos la quiten, rechazó la ayuda, asumió la responsabilidad, se marginó al municipio y la empresa privada.

¿Habría forma de volver a participar?

Eso merece dos comentarios. El primero: hay una Corporación de Seguridad Ciudadana en pleno funcionamiento. Se quiso obligar al Municipio a entregarla a la Policía pero mi respuesta fue ‘esto fue hecho con plata de la ciudad’ y segundo: la seguridad es un concepto amplio, no solamente antidelincuencial, tiene que ver con epidemias, tragedias de inundación, terremotos, problemas de agua potable, accidentes de tránsito. Se me ha invitado a participar nuevamente en la lucha antidelincuencial y mantengo mi respuesta al señor Gobernador, que no es un capricho. Jamás he sido un hombre vanidoso ni caprichoso y más aún cuando está de por medio el interés ciudadano y cuando hablamos de la vida de la gente no cabe otra posición que ayudar, pero ayudar con una racional posibilidad de éxito, entonces cuando yo dije anulación de las cédulas falsas, control con visas de las entradas de los delincuentes, derogatoria del esquema delincuencial que está en la Asamblea hecha ley y práctica de una política estatal en esa materia.

Una pregunta sencilla, pero complicada de responder: ¿Cuántos habitantes tiene Guayaquil?

Según la última proyección del censo, que no es oficial todavía, 2’300.000 habitantes, pero yo he indicado que, sin aceptar esa cifra ni comentarla hasta que sea definitiva, porque en esto no vamos a soltar prenda, tenemos que ser claros, ahí falta la población flotante de Guayaquil; personas que vienen de ciudades dormitorio -para ellos- como Durán, Daule, Babahoyo, Milagro, quienes duermen en sus ciudades pero que trabajan en Guayaquil, demandan ciertos servicios en la ciudad y consumen y generan en Guayaquil y esa población es absolutamente justo que se vea reflejada como parte, con esa característica, de la población de la urbe. Me he reunido con los directivos del INEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) y en septiembre tendremos la información.

¿El Cabildo tiene alguna cifra de esa población?

Tenemos estimados, pero como le digo, los guardo de manera reservada hasta que me den los datos que ellos consideren definitivos, respecto de los cuales y solo entonces podremos hacer nuestros comentarios, pero que deben incluir la población flotante.

¿Y si no coinciden sus datos con los del INEC?

Habrá que estudiar razones para ver si , en un sentido u otro, caben. No quiero adelantarme hasta que eso se dé.

En otro tema, el de las competencias, todos los cabildos asumieron los Registros de la Propiedad, en Guayaquil avanza el tema…

Ya culminó. Cumpliendo la ley, el reglamento, la ordenanza con la participación de los veedores y de las reglas de concurso, inclusive de dar transparencia con campo abierto a las impugnaciones. Ya hay un Registrador. ¿Qué era lo que sucedía? Había un grupillo de personas que quería que los recursos, que son importantes para la institución, sigan yendo a un bolsillo particular en vez de, como manda la ley ahora, a partir del 29 de junio ingresar a las arcas municipales para convertirse en obras y servicios para la gente, esa era toda la discusión.

El Código Territorial (Cootad) también concede a los cabildos el tránsito…

Hemos asumido muchas competencias a lo largo de estos 11 años: aeropuerto, registro civil, agua potable y alcantarillado, turismo, bomberos. Ahora registro de la propiedad, pero yo siempre digo que el pueblo no quiere ver en el municipio o en el alcalde a un coleccionista de competencias. Al pueblo le interesa que una competencia cambie de titular cuando a través de ese cambio se le va a dar un servicio mejor, más oportuno, más barato y yo sigo esa línea. En tránsito, recién estamos asumiendo la parte de decisión, la parte de planificación, pero la parte de control la asumiremos cuando estemos listos, eso qué quiere decir, me refiero a revisión, matriculación y multas. En el mundo hay sistemas con tecnología de punta. Lo hicimos en el Registro Civil, en el aeropuerto. Hay sistemas de tecnología para dar esos servicios a bajo costo, en forma rápida, sin corrupción y sin grandes gastos generales pero eso demanda un estudio para adaptar esa realidad, en este caso a Guayaquil, y los municipios consorciados que son algunos. Eso demanda, luego del estudio una contratación, una implementación; lo haremos cuando estemos listos.

En Miami no se ve vigilantes en cada esquina, las infracciones, todo está automatizado, detectar la infracción, fotografiarla, la transmisión de datos, el cobro de la multa con aplicación a la renovación de la licencia o a la matrícula, eso es lo que vamos a hacer, pero eso toma un tiempo.

¿El consorcio se mantiene con sus 21 integrantes?

El consorcio se mantiene, que yo sepa no se ha ido nadie pero todo el mundo es libre de entrar o de irse en la vida. Como yo digo siempre a esta ciudad la vamos a seguir haciendo progresar y la vamos a seguir defendiendo sin que nos sobre nadie que venga ni que nos falte nadie que huya, eso es otro problema.

¿Qué nos dice sobre el futuro?

Mi periodo se vence en el 2014, y he manifestado mi posición. No temo sobre el futuro de la ciudad, primero porque Guayaquil es cuna de libertad, de progreso, de afición al cambio, no hay miedo al cambio racional, para bien. Pienso que Guayaquil no necesita ni tutores ni curadores de sus decisiones políticas.

Pero sí liderazgo de conducción…

Bueno, los liderazgos siempre se necesitan, pero el de convocatoria es la suma de liderazgos, de muchas personas, de muchos ángulos, de muchos sentidos y para muchas cosas, y ese liderazgo hace tan necesario a un pueblo decidido como a un líder decidido, si no hay esa simbiosis, no funciona. Líder sin pueblo que lo acompañe es igual que pueblo sin líder que lo dirija. Creo que en Guayaquil, el pueblo ha madurado para aprender a diferenciar los cantos de sirena de las realidades, el vivir bien de verdad o las promesas de vida mejor y eso lo ha logrado porque ha sentido y ha vivido un cambio para bien, un cambio positivo, entonces la gente nunca está satisfecha y eso es la utopía de vivir bien. Quizás esa es la mejor herencia, y no dejar sucesores porque aquí no hay monarquías ni es un asunto familiar que uno tiene sucesores. La mejor herencia es preparar a la sociedad para que sepa elegir, autodefenderse y ser parte de la solución de progreso y no del problema del fracaso.

Eso exige estructuras políticas…

Bueno, nosotros las tenemos porque nos hemos preocupado de formarlas. Muchos creen que son visiones de la política que son más bien caricaturas de la política, unos la condenan lastimosamente, otros creen que es asunto de soplar y hacer botella. La realidad es la realidad y es la que acaba imponiéndose.

(Entrevista tomada de diario Expreso de Guayaquil)


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